Mucho se dice y se dirá sobre el surfing y los churfers; muchísimo. Somos blanco de muchas críticas, de muchos dimes y más diretes. No solamente de los ajenos al mundo, que lógicamente miran a todo esto con cara de extrañez, sino los de dentro, los de muy dentro.
La guerra entre los de la tabla corta y la tabla larga es un clásico: siempre la ha habido y siempre la habrá desde el momento que una vez en el pico, los tabloneros tienen una ventaja innegable y eso jode toda la ecuación. Lo que últimamente me llama la atención es el mal rollo que algunos tienen en contra de los tabloneros más clásicos. Se les acusa de postureo, de estar vendidos a una moda, y básicamente, de no tener ni puta idea.
El surfing clásico no es fácil, que nadie lo ponga en duda. Manejar un tablón pesado requiere de su tiempo. Por estos lares estamos en pelota en cuanto a cultura surfera, pues llevamos pocos años en esto. Somos mayoría los que venimos de surfear tablas mas pequeñas y hay que cambiar el chip para surfear single fins pesados. En una palabra, estamos en un periodo de adaptación, aprendiendo vaya. En una conversación con uno de los "famosillos" del festival, se le presentó un chaval y le dijo que él tambien surfeaba en longboard, pero que estaba aprendiendo. "Yo tambien estoy aprendiendo, todos estamos aprendiendo...", le contestaba el invitado.
Creo que queda lo suficientemente claro. Que no se ve mucha gente colgando los diez dedos en una tabla: normal, estamos aprendiendo.
Otros, sin embargo, parece que ya se lo saben todo y están muy por encima de todo esto: el longboard moderno no tiene secretos para ellos. Cosa curiosa porque mucho me temo que los resultados en competiciones han sido siempre lamentables, lo cual no hace sino reforzar la idea de que hablando de longboard, clásico o moderno, estamos en pelota picada...